¿Qué es?
La espondilitis anquilosante es una forma de artritis que afecta principalmente a la parte inferior de la espalda. Causa inflamación, daña las articulaciones y ataca primero a las articulaciones sacroilíacas entre la columna vertebral y la pelvis. También puede afectar a otras áreas de la columna vertebral y a otras articulaciones, tales como la rodilla. Por último, las articulaciones vertebrales inflamadas pueden fusionarse o unirse de modo que no pueden moverse de manera independiente. La palabra espondilitis se refiere a la inflamación de la columna vertebral; anquilosante significa la fusión o unión de dos huesos en uno.
La espondilitis anquilosante es relativamente rara. Afecta aproximadamente a 1 de cada 1.000 personas. Puede presentarse en miembros de una familia, aunque no se comprende la causa. Por otra parte, ataca más comúnmente a hombres jóvenes y sanos. Esta condición es 10 veces más frecuente en los hombres que en las mujeres. El trastorno aparece más frecuentemente entre los 20 y los 40 años, pero puede presentarse en los niños.
Síntomas
Por lo general, una persona con espondilitis anquilosante sentirá dolor o rigidez en la parte más baja de la espalda, especialmente por la mañana o luego de períodos de inactividad. Comúnmente, el dolor de espalda comienza en la articulación sacroilíaca y se disemina por la parte inferior de la columna vertebral. Finalmente, el desorden puede afectar a toda la columna vertebral. Las personas pueden tener dolor y sensibilidad en los muslos, la cadera y otras articulaciones del torso. También pueden inflamarse las rodillas y los tobillos, aunque generalmente afecta a no más de tres o cuatro articulaciones de los brazos y las piernas.
Una característica de la espondilitis anquilosante es que, a menudo, la rigidez mejora con la actividad. Las personas que sufren de este trastorno pueden empeorar si no realizan ejercicio físico de manera regular. (El dolor de espalda ocasionado por muchas otras causas tiende a empeorar con el ejercicio físico). Dado que la columna vertebral y las estructuras que la sostienen se ponen rígidas, posiblemente una persona comience a encorvarse. Con el tiempo, los huesos pueden fusionarse o crecer juntos, lo cual hace que la columna vertebral sea extremadamente tiesa y rígida, lo que se llama espina dorsal rígida. Esto puede dificultar la respiración profunda porque la columna vertebral y las articulaciones rígidas entre las costillas y el esternón hacen difícil que el pecho se expanda. En pocos casos, la inflamación de los pulmones produce falta de aire y la inflamación de los ojos puede causar una visión reducida, con ojos enrojecidos y adoloridos. El dolor y la rigidez en la parte más baja de la espalda pueden producir problemas al caminar. Casi cualquier movimiento puede volverse extremadamente doloroso.
Otros síntomas de la espondilitis anquilosante incluyen:
- fatiga
- fiebre
- pérdida del apetito
- pérdida de peso
Diagnóstico
El médico le preguntará acerca de sus síntomas. Lo examinará y posiblemente le tome radiografías u otros exámenes por imagen, tales como una tomografía computarizada (TC) o una imagen por resonancia magnética (IRM), para buscar problemas en las articulaciones sacroilíacas o en cualquier otra articulación que presente dolor o rigidez. También puede solicitarle un análisis de sangre para buscar un gen llamado HLA-B27. Este gen se encuentra más comúnmente en las personas con espondilitis anquilosante que en otras. No obstante, tener el gen HLA-B27 no significa que usted padece o padecerá de espondilitis anquilosante. El médico diagnosticará la condición en base a una combinación de síntomas, exámenes físicos, análisis de sangre y exámenes por imagen.
Duración
En muchos casos, la espondilitis anquilosante es leve y es posible que no se la diagnostique durante años. Sin embargo, una vez realizado el diagnóstico, es un problema para toda la vida.
Prevención
No hay modo de prevenir la espondilitis anquilosante.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es reducir el dolor en las articulaciones y prevenir, demorar o corregir el daño o la deformidad de la columna vertebral y de otras articulaciones.
Medicamentos: muchos medicamentos pueden ser eficaces, lo que incluye los antiinflamatorios (como el ibuprofeno), los calmantes para el dolor (como el acetaminofeno), la sulfasalazina o el metotrexato. Recientemente, los medicamentos inyectables, adalimumab (Humira), etanercept (Enbrel) e infliximab (Remicade) fueron aprobados para la espondilitis anquilosante. Los primeros estudios sugieren que estos medicamentos pueden ser mucho más eficaces que los medicamentos más viejos.
Tratamiento diario: generalmente, el tratamiento incluye terapia y ejercicios físicos. Un fisioterapeuta planificará una rutina de ejercicios para usted que, probablemente, incluirá ejercicios de estiramiento y para mejorar el rango de movimientos, para ayudar a que la columna vertebral se mantenga flexible. Los ejercicios abdominales y para la espalda pueden ayudarlo a mantener una buena postura de modo que sea menos probable que usted se encorve. La natación es un ejercicio especialmente bueno porque puede ser más fácil mover las áreas rígidas y dolorosas en el agua. También el ciclismo tiende a ser un buen ejercicio para las personas con espondilitis anquilosante. Evite cualquier actividad que pueda poner demasiada tensión en su espalda. Por ejemplo, es posible que correr empeore el dolor de espalda porque produce mucha más tensión en las articulaciones de la columna vertebral.
Los baños calientes, la aplicación de calor y los masajes pueden ayudar a aliviar el dolor. Si puede, duerma sobre la espalda, en un colchón firme, y no use almohada o use una pequeña.
Dado que la espondilitis anquilosante puede afectar a los huesos de la caja torácica, su capacidad pulmonar puede disminuir. Los ejercicios respiratorios pueden contribuir a mantener su capacidad pulmonar. Si fuma, abandonar este hábito debe ser una prioridad. Incluso con el mejor tratamiento, algunas personas tendrán una fusión de la columna vertebral, pero la mayoría puede, aun así, moverse. En algún momento, puede resultar útil usar un soporte ortopédico para la espalda u otros aparatos, como un corsé, un bastón o férulas. Si hay otros órganos involucrados, como el corazón o los ojos, es posible que tenga que consultar con un especialista y puede necesitar tratamiento y control adicionales. Por ejemplo, es probable que una persona con espondilitis anquilosante necesite un marcapasos si el corazón está afectado.
Cirugía: se recurre a la cirugía solo si la enfermedad ha causado daño nervioso en la columna vertebral o si el daño en la articulación es grave.
Cuándo llamar a un profesional
Comuníquese con un profesional de la salud si tiene cualquier síntoma de espondilitis anquilosante, especialmente:
- dolor y rigidez en la espalda que empeora gradualmente durante semanas o meses
- rigidez a la mañana temprano que mejora al tomar una ducha tibia o hacer ejercicio físico suave, especialmente si este síntoma se prolonga por meses o semanas
Pronóstico
Generalmente, las personas con espondilitis anquilosante atraviesan períodos alternos en los que los síntomas mejoran y empeoran. Estos períodos no pueden predecirse. Frecuentemente, los síntomas pueden aliviarse o controlarse con tratamiento, de modo que pueden llevar una vida normal y productiva. No obstante, incluso con tratamiento, es posible que se produzcan problemas de postura y movimiento.
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